A fin de cuentas, todos estamos muertos
Este lugar debe permanecer en secreto... Nadie intenta arrancarnos lo que no saben que tenemos
Dana Hare, Ladrona, en Navegando en el mar de Lágrimas, Reed, Dark. Ed. Diana, 2003
Así como el mar de Lágrimas, que solo dejaba cruzar a quienes juzgaba capaces, así el tiempo se traga a aquellos a quienes considera inútiles, sumiendolos en el olvido. Si te crees merecedor, pon tu verdad en la balanza y prueba que mereces la inmortalidad.
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