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Dark Reed

Ni pelo ni escama

"...- ¿Es un animal o un hombre?
- ¿No es relamente lo mismo? Todos somos ángeles y demonios, hombres y bestias, blanco y negro, agua y aceite, porque todos somos y dejamos de ser al mismo tiempo.
- No comprendo. ¿Que quiere decir con eso, Monseñor?
- Ay, Dana... Él no es más que una pobre alma víctima de la maldición del lobo, pues esta maldición hace que el hombre saque una parte de él que lleva casi siempre dormida, la bestia. No es que sea hombre o bestia, pues estas mitades están siempre dentro de una persona.
- Yo sé que su magia puede curarlo, Monseñor... Intentelo solamente.
- No, Dana, eso es imposible. Podría sacar de su cuerpo la parte de la bestia pero ¿no sería eso peor que lo que es? El hombre nace con estas dos partes, la racional y la bestial, y al quitarle sus instintos lo convertimos en nada. ¿qué es un hombre que no ríe, que no se enfada, que no llora? Sólo figura y nombre, un envase sin relleno..."
Conversacion entre Dana Hare, ladrona, y Monseñor Rosco Redsky, clérigo, respecto a la conversión de Joseph Loengrinn, guerrero, en hombre-lobo, en Navegando en el mar de Lagrimas, Dark Reed, Ed. Diana, 2003



El nuevo año ha llegado, que se le va a hacer. Traté de impedirlo, pero se me escurrió entre las piernas como la sangre brota de las heridas del harakiri. Los instintos de un hombre forman parte de sí, y tan ridiculo y odioso es un animal vestido como hombre que un hombre que niega ser animal. Aceptenlo, los hombres son animales. Inútil es negar la naturaleza dual de las cosas. Las religiones lo intentan, prohibiendonos el sexo, la comida, el robo y la ira, el instinto que nos hace a todos más animales y menos hipócritas.

La iglesia trata de crear y criar santurrones que no se atreven a ser, humanos que se odian a sí mismos por lo que piensan, que tratan de desprenderse de sus envolturas carnales para volverse solo almas, castigando sus cuerpos para no necesitarlos.

Ridìculo. Odioso. Somos carne y sangre, hambre y sexo, llenar y vaciar de estómagos que nos recuerdan que no somos siquiera animales superiores, puesto que muchas veces somos peores que ellos. Nada bueno hay en cómo nos comportamos. Avergonzaos ahora, animal superior, pues vuestros compañeros "inferiores" no se matan, no destruyen sistemáticamente la tierra que pisan, no se creen dueños de donde viven, y no traicionan a los que aman. ¿Para qué os sirve el oro, si el oro no se come? ¿porqué renuncias a algo agradable sí alguien te dice que es pecado? Lo interesante de ser hombre y bestia es averiguar cuando debes ser cuál. Deja de creer y empieza a pensar, experimenta y averigua. Date cuenta: Atrevete.

4 comentarios

Mr. Balaustrada -

Me agradó la reflexión del hombre lobo, sin embargo, me quejo:
Un hombre es un animal mitad dios, que al nacer y vivir en este mundo suele doblegarse ante sus instintos. Pero no es cierto que si se los quitas no somos nada. El hombre es un ser muy distinto al animal (lo primero sí aplica en ese caso), es mentira que está compuesto puramente de instintos como tú dices. Las más grandes obras de la humanidad, los llamados héroes son precisamente seres que luchan por desobedecer sus instintos para lograr cosas que sólo los humanos pueden. Allí tienes a Jesúcristo, a William Wallace y a Jesús García, que desafiaron el miedo (que es un poderoso instinto) para salvar a las demás personas.
Esos fueron hechos que sí trascienden, no andar como animalito de glotón, dormilón y promiscuo, que seguramente son personas deficientes que nadie nunca recordará, mientras que los nombres de nuestros héroes quedarán grabados en la memoria hasta el fin de la humanidad.

Mr. Balaustrada -

Y si no concuerdas con esto, es porque seguramente eres un pelele que no puede luchar contra sus propios instintos, o prefieres ser una marsopa, un perro o un puercoespín que la única raza en el mundo que desafía a Dios, se cuestiona su propia existencia, trasciende por sus hechos, plasma su propia alma en su arte y puede sacrificarse por una noble causa.
No es fácil dominar el miedo, el dolor ni el resto de los instintos, pero grandes personas lo han hecho y eso demuestra que el ser humano está por encima de todos los animales. A esas personas las conocemos no por lo que comieron, con cuánta gente se acostaron ni cuánto tiempo durmieron, sino porque han hecho cosas que para el resto de los animales (aún el resto de los humanos) parecen sencillamente imposibles.
Gracias por tu blog, me ha parecido interesante.

Mr. Balaustrada -

Que no lo he entendido a los últimos comentarios...

El horno ( el foca) -

Ya, mamón, dejate de tanto pancho, si la neta es que el gibran no publica ni madres, nomás mete historias de unos monitos con que juega en lkos videojuegos.