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Dark Reed

No te librarás de mí...

"...- Pero señor, como pude haber fallado? No solo conseguí el hechizo, sino que derroté a la bestia de la cueva sin problemas. Mi misión quedó completa...
-Pero dudaste, Dana. Sabías que no podías perder, que el hechizo de protección era perfecto, que la bestia no podría vencere aún a pesar de un fallo o incompetencia. Sabías que no te hubiera mandado allá de no saber que estabas lista, y aún así dudaste de tí misma y del hechizo. ¿Como puede alguien confiar en tí si no confías en tí misma..."

Conversación entre el sabio Kuhmm, maestro, y Dana Hare, ladrona, tras el enfrentamiento con la bestia de la cueva de Anntha, en Navegando el Mar de Lágrimas, Ed. Diana, 2003.

El miedo es parte permanente de la humanidad, es una característica esencial que nos hace sobrevivir, pero en una sociedad ultratecnificada es poco más que un lastre. Es una carga social, y a veces un sentimiento real que nos ayuda a evitar el peligro. Hemos reducido el miedo y el peligro a escalas bajísimas, ya sea con armas, instituciones o anticonceptivos, y aún así seguimios desconfiando de ellos. Todo puede fallar (y tarde o temprano fallará) en nuestro sistema de vida. No es mucho lo que podemos hacer para conjurar el miedo, pero es menos lo que intentamos hacer para vencerlo. La gente que tiene miedo a conducir se ampara en las altas cifras de accidentes y crimen en el que vehículos se ven envueltos, e ignoran el gran margen de seguridad de los autos.



Tal vez el mayor miedo no es el de morir, sino el de no hacerlo. El quedar inválidos de por vida, el que la gente se les quede mirando y sintiendo lástima por ellos, y ser un deber enfadoso para la familia. El miedo a no poder moverse, a no tener la libertad que todos tienen, el miedo al desprecio, al asco, a la degradación. Es, simplemente, miedo.



Claro, la gente se escuda en seguros y en cifras para racionalizar sus temores, pero ¿de que sirve? ¿esto nos protegerá? ¿El seguro le dará un padre a tus hijos? ¿le dará a tu esposa el calor que le das tú? Averigualo...

2 comentarios

El horno -

Ya no seas güevón y ponte a escribir y publica tu libro pa que te dejes de tanta mamada, y ya que salga, ahora sí metel as citas, ok?

Anónimo -

noseas mentiroso Gibrán. ese libro no existe.