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Dark Reed

La vida

Trascendencia.

Aquí yace un hombre
cuyo nombre estaba escrito en el agua
Su vida fue una mota de polvo en el viento
y su muerte, un árbol que cae en un gran bosque...
tranquila, silenciosa, sin hacer apenas ruido.

Pero como el agua,
no volverá a estar tranquila cuando el nombre desaparezca de sus ondas,
y el polvo se asentará en nuevos patrones,
y el árbol dejará tras de sí un tronco muerto, pero lleno de vida.
De vida que se expande, que se alimenta de lo que el gran árbol fue;
de dunas que se forman sobre el polvo,
de insectos que se crían en el agua.

Y su nombre desaparecerá de la superficie, del mundo, de los recuerdos;
y sus ondas se expanderán por el Universo
resonando, cambiando el mundo trás de sí
y creando nueva vida, nuevas dunas, nuevas ondas
hasta que todo se funda en uno,
y su nombre se olvide y su vida resuene
en el corazón silente del Universo...

Vale la pena?

Hoy, al llegar a mi casa, me encontré en la puerta al vecino, hablando con unos Testigos de Jeovah.

No sé qué me impulsó a hablarles, a decirles que Dios, si existe, es uno, que no hay más que uno, con diferentes nombres, que si no ha muerto no se ocupa ya de nosotros, que sus creaciones hablan por él, pero que ninguna de ellas expresa sus veraderas palabras. Que la biblia, el corán, el libro del tao, son sólo letras y palabras escritas por aquellos que hablan en nombre de Dios, que no saben lo que Dios piensa o quiere, que sólo se han dedicado (en el mejor de los casos) a escribir un libro con buena voluntad, tratando de ayudar a la gente a vivir mejor.

Que los profetas escriben y dictan las filosofías que ellos consideran mejores para su pueblo, que los líderes religiosos han olvidado o vendido la religión para consagrarse a sus Iglesias, al culto vacío donde han encerrado la idea de un ser superior. Que desde las palabras de Jesús, de Bhudda, de Mahoma, de Zaratustra, ha pasado mucho tiempo, y que sus palabras han sido manipuladas por cientos de personas, que tal vez ya no son las mismas, o que simplemente sus bases principales ya no sirven para los tiempos en que vivimos, tiempos donde no importa el prójimo sino el dinero, donde los medios te venden mujeres como si fueran fruta de temporada, de las que conservamos la cáscara y tiramos el relleno, como flores que hay que reemplazar si se marchitan.

No sé que superior fuerza me llevó a contarles de los hermosos amaneceres, de las cálidas noches que vivo en brazos de una dama a la que no he desposado, a la que amo más que a mi vida, pero que no está legitimada por ningún papel o consagrada en otro altar que el del amor que nos tenemos. De las deliciosas noches de ebriedad y hartazgo que he pasado acompañado de los amigos, de las mujeres que me han dejado nada más que un beso y el recuerdo de sus sonrisas, de las mujercitas, biológicas o artificiales, que se desnudan y se abrazan en todo el mundo, amándose tanto como hombre y mujer.

No sé si fué la fuerza de mi conciencia, de mi hartazgo ante esa sociedad, de la vida que bulle en mí, del amor a la naturaleza, a la pureza de las cosas inocentes, que suceden sin darse cuenta o sin importarles lo que se diga de ellas. O si fue mi lado oscuro, que ama la lascivia, los placeres, la ternura perversa y hermosa que encierran las sonrisas.

No sé qué me impulsó a hablarles. Pero no lo hice. Entré a casa, pensando en esa calidad dual de la esperanza, que puede ser la mayor bendición o maldición del ser humano, eso que les dice a los religiosos, a los que fervientemente creen en lo que hacen, que es lo correcto. Valdrá la pena creerlo?

La sacralidad del cuerpo.

Casi todas las religiones constituídas dan al cuerpo una preponderancia mayúscula en su ideología.

Los cristianos los entierran.

Los vikingos los quemaban.

Los egipcios los preparaban para que duraran varios siglos.

Y así. Incluso los derechos fundamentales de los individuos están basados en la sacralidad del cuerpo, en su visión de algo moralmente inviolable. Aquél que viola a alguien, invade por la fuerza un cuerpo que no es suyo, lo de-sacraliza. El que mata, impide el funcionamiento correcto del cuerpo de un igual. El que secuestra, roba un cuerpo. 

 El que daña, el que prostituye, el que comercia con cuerpos o vidas humanas. Todos ellos infringen la regla fundamental de una sociedad: el respeto al prójimo, a su integridad, a su vida. Aquél que viola esta regla es tratado con desprecio, llegando a veces hasta a pagar con su vida.

 El asunto es que, a diferencia de la religión, hay gente a la que no le preocupa si el cuerpo humano ha sido creado por dios, o si la falta a la regla es un pecado. Se rigen sencillamente por el respeto a los demás y a su derecho de existir de forma íntegra. Nunca cortarían un dedo a alguien para pedir un rescate, o romperían las piernas a un hombre para cobrar una deuda, o violarían a una mujer en venganza a un despecho.

El acto de lastimar a otro no es viable. La vida es ya suficientemente dolorosa como para hacerla aún peor lastimandonos entre nosotros. Y el que lo haga, no puede ser llamado un ser humano.

Mentir es maaaalo

En la vida, la gente se queja de que hay algunos que mienten siempre. Esto viene a ser poco mas que un dilema ético. A la gente no le gusta no saber lo que pasa en realidad. Sin embargo, a veces venimos a darnos cuenta de que las mentiras pueden llegar a ser inofensivas, a veces incluso necesarias.

Que pasa si mientes sobre algo que no hiciste? Usualmente te darás cuenta antes de que la cosa sea irreparable, y tendrás tiempo de hacerlas.

Que pasa si, en el caso anterior, dices honestamente que no lo hiciste? Los resultados son mas desagradables.

 Claro, cuando no hay forma de reparar el error, lo mejor es la honestidad dura y pura. Pero claro, las cosas irreparables son bien pocas, y laas cosas reparables son muchas.

 Al "cambiar la verdad" solo recuerden teenr buena memoria y enmascarar lo mínimo posible los hechos. Mientras menos cosas cambien, más se parecerá lo que dicen a lo que pasa, y será mas creíble.

Ilógico

Te quiero a tí, aunque no debo

Me debo a tí, aunque no quiero,

Porque te gozo cuando no te tengo,

y te tengo cuando no te gozo

 

Porque lo que tenemos diferentes, nos une,

y lo que tenemos igual, nos separa

Porque cuando nos evitamos, lo queremos

y cuando nos queremos, lo evitamos

 

La escencia de la vida es la ironía

y la escencia de la ironía es la vida

Porque me olvido de lo que todos quieren

cuando quiero que todos nos olviden

 

Porque los amantes de la vida no tienen lógica

y los amantes de la lógica no tienen vida...

Del Paraíso, la Creación del Hombre y su caída de los cielos.

   El hombre despertó, y se dió cuenta de que se daba cuenta. Miró alrededor. Trozos grandes de carne y piel hacían un cuerpo, y un montón de cuerpos componían una manada.  Y se dió cuenta de que era SU manada. Y se dió cuenta de que ellos no se daban cuenta. Eran más que animales, eran menos que él. Miró alrededor... de nuevo. Salió de su cueva entre las hojas. Animales, muchos animales. Un vasto campo verde, al parecer creado para que él, y solo él, lo disfrutara, ya que era el único capaz de hacerlo.
   
   Vagó unas horas, disfrutando esas nuevas sensaciones, de los nuevos olores, de los sabores, siempre distintos.

   La mujer despertó, y se dió cuenta de que se daba cuenta. Miró alrededor. Trozos de carne se apiñaban en el suelo, formando cuerpos que respiraban, que roncaban. Y lo vió a él. Se dió cuenta de que él también se daba cuenta. Estaba sentado, viendo hacia afuera. Él la miró, y vió que ella también era capaz de disfrutar lo que había afuera. corrieron por los grandes campos verdes, comiendo las frutas de los árboles. En cierto momento él la tocó bruscamente. Ella cayó al piso, quejándose de esa sensación que nunca había podido explicar. Ahora podía. Se sentía... raro.

   Al mismo tiempo, en la cabeza de él, hubo un sonido. Era una voz:
- Has hecho el Mal. La has lastimado. A ella le Duele.

   Entonces él se sintió mal a su vez. Por qué esa voz lo castigaba? Éra acaso la voz del poseedor del campo? Sería acaso que antes no la había oído, cuando pensaba que era libre, que comía cuando sentía hambre, que bebía cuando tenía sed, que se preocupaba solo por el Ya y el Ahora, y olvidaba después?

   Era acaso algo que tenían las frutas? Habría comido algo que le había hecho daño?

   Ella se levantó. Él trató de explicarle lo que sentía, pero el dolor de ella era superior. Él volvió a mirar, y vio entonces la Gran Barriga, y el charco a sus pies.

   Un trozo de carne comenzó a salir de ella. Un trozo grande y peludo. ¿Acaso ella había comido algo que le había hecho mal, y ahora lo defecaba?

   No. Lo vio mejor. Era un Cuerpo. un cuerpo pequeño. Una versión reducida de lo que era ella. Una versión diminuta de lo que él sabía que había visto en el río esa mañana. Era un como él, pero diferente.

   Sin embargo, ella aún gemía. La voz le decía:
- Ve, rompe un animal hasta que se detenga. Dále pedazos a ella. Los necesita.

   Él comenzó a obedecer. La voz parecía saberlo todo. Lo veía todo. Estaba en todas partes. No podía librarse de ella. Cuando él hacía algo, la voz le decía si estaba bien o mal. Cuando decía bien, él se sentía eufórico, orgulloso. Cuando decía mal, el sufría.

   Así fue como, uno a uno, los trozos de carne de la manada comenzaron a salir de aquél estado puramente animal donde habían siempre felices, donde no sabían que era el dolor, donde no distinguían el Bien del Mal, y entraban en este mundo de dolor, de luz, de formas. Y él les habló de la Voz. Muchos no captaban la idea, pero poco a poco comenzaba a escucharla también.

   Esta voz era su conciencia. Y cuando el hombre cobró autoconciencia, cuando pudo levantarse y gritar "YO", y comprender qué significaba "YO", y que había otros YOes, empezó a conocer el Bien y el Mal. Y una vez que hubo comido ese fruto y digerido los conceptos, nunca mas pudo librarse de ellos, y se vió a sí mismo en un mundo donde a veces los otros YOes lo hacían sentirse mal, done otros YOes querían lo que él tenía y eran capaces de lastimarlo para quitárselo, comprendió que ya no podría regresar nunca a ese Paraíso animal.

Cuanto vale una vida...

Cuanto vale una vida en este mundo moderno? Aún más allá... por qué es que una vida vale?

 Una vida vale por lo que representa. No es tiempo de vida, ni la posibilidad de ver otro amanecer, pues los seres inmortales como el Fausto de Goethe seguía viendo el sol y saboreando el aire, y sin embargo sentía que su vida no valía nada. Así, la vida por sí misma no vale nada.

 Tampoco representa la vida la posibilidad  de aprender. Los hombres mas sabios son reconocidos por sus depresiones y tendencias suicidas, que si bien no son una generalidad, son una característica común al genio. Así pues, la vida tampoco se mide en neuronas ocupadas.

 La vida debe medirse, no en al posibilidad de obtener, sino en la posibilidad de compartir. Hace tiempo ofrecí en un foro el secreto de la felicidad, y era precisamente eso. Compartir.  Comparte la cama, el pan, la risa y el llanto. Solo así serás felíz. De compartir nace el amor, y la amistad mas duradera.

Además, la vida debe medirse en lo que puedas compartir. Sabiduría, conocimiento, filosofía, esas son buenas opciones. La vida de uno vale en función de lo que puede enseñar a otros, en funciónd e cuanto compartes de tí mismo. Intentenlo siempre. Háganlo. Serán felices.

La verdad...

... es que me he quedado sin temas trascendentales de los que hablar. Claro, debe haber muchos, pero la mente no se encuantra preparada para analizar. Los problemas mundanos nos agobian a todos, y a veces nos perdemos en la búsqueda de la salida y olvidamos ver el camino, y al final no sabemos ni cómo ni por dónde salimos.

Tal vez esta falta de atención sea lo que nos tiene sumidos en este mundo amargo: El hecho de que cuando perseguimos una meta no hacemos sino acariciar nuestro objetivo final, y decimos lo que Maquiavelo "El fín justifica los medios".

Así es como hemos acabado con los bosques, las selvas, los animales.Pronto terminaremos por llegar al nucleo mismo de la Tierra, sólo para apoderarnos de las joyas y metales que en ella guarda. Será el nuestro un planeta perforado y muerto, contaminado. Tan contaminado como las amistades a las que pasamos por alto al conseguir un nuevo puesto, o a una mujer. Tan venenoso como el corazón que tenemos al decir una mentira, tan frío como las miradas que rondan en las calles al vernos unos a otros, e ignorarnos.

Si ese es el futuro, no hay nada en esta vida para mí. Tal vez haga una de esas naves-semilla, empaque algunos animales, plantas y gente, y me vaya a otros mundos. Tal vez encuentre un mundo donde podamos comer sintiendo hambre, donde podamos beber teniendo sed, y hablar cuando tengamos algo que decir. Un mundo donde formar algo diferente a esta sociedad materialista, donde la gente pelea y sufre por trozos de metal y papel, que no se comen.

O quizá no. Tarde o temprano terminaríamos destruyendolo igual que el nuestro. Así, sería mejor que la humanidad pereciera y abandonara esta existencia a convertirnos en parias de otros mundos, en plagas que consumen y se van, cual es nuestra costumbre.

Dejemos de mirar al cielo. Miremos la tierra bajo nuestros pies desnudos.

He vuelto...

...por fin. Les diré la verdad. Estuve en mi casa desde hace una semana, pero no tenía inspiración, hasta que me enteré que en México viene el "Día del niño", a través de mi blog favorito www.elphineas.com, y com ellos, pensé en hacer un análisis de mi niñez.

Pero claro, este blog quiere ser original, así que no hablaré de mí, sino de todos los niños despreocupados. Todos los que quieren crecer para que los tomemos en cuenta, los que ya crecieron y se dieron cuenta que no valía la pena, para aquellos que quieren volver... y ya se dieron cuenta de que nunca podrán... Para ellos, mis condolencias...

Todo aparece cuando lo dejas de buscar

Hoy hablaré de aquello tan huidizo de encontrar, aquello que nos pasamos toda la vida correteando y que, justo en un momento de distracción, nos encontramos adherido a la espalda: la felicidad.

Es algo maravilloso, pero no te deja... digamos... encontrar la inspiración para escribir... pues... pues un blog. Es extraño cómo cuando eres felíz no te da tiempo de pensar en tus problemas, no piensas en el dinero, ni en tus ocupaciones, vamos, no piensas en nada.

Tal vez esa sea la verdadera felicidad. El no preocuparse por el mañana, ni el ayer, y saber que nada pasará si no te levantas el sábado por la mañana.

Mucha gente sabe (sobre todo escritores y cantantes)que la tristeza, la tragedia y la muerte dan mucho que pensar, y por supuesto, mucho material, pero la felicidad no vende. La prensa no publica, por ejemplo

-Hoy fue un gran día, se anunció la paz mundial y sexo promiscuo y desenfrenado para todos. Se regalarán vino, condones, drogas duras y dinero. Esperen... hay un reporte especial del Vaticano. El Papa dice que lo aprueba y que le guarden un Viagra y dos morenas.

Claro que no, y eso es por que la felicidad no vende. A nadie le importa que seamos felices. Ya lo dijeron los Guachosky en Matrix: Tratamos de crear un mundo perfecto, un mundo felíz y sin problemas para tu raza, pero no funcionó. El cerebro humano necesita retos, problemas a los que enfrentarse... (Más o menos en el orginal, dicho por el agente Smith)



Es raro que la gente no trabaje en el día del trabajo, pero además se complican organizando desfiles y esas cosas. No entiendo como teniendo un día libre no se dedican a ser felices y mandan a volar esa molestia.

Me despido por hoy... Sean felices

PD: espero poder dedicar algo más de tiempo al blog, y si alguien tiene un manual sobre plantillas para blog, envíen a mi mail Please)