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Dark Reed

Y Esperar...

Por Dark Reed

Estoy enamorado de un ángel que no vuela, tan ciego y sordo como yo. Ha caído de la gracia de su padre, aquél que perdonó a una humanidad pecadora no pudo comprender su pequeño “error”.
Quiso ser más hermosa que Dios, y trató de fabricar la vida. Su castigo fue ser expulsada del Edén donde vivía, y lanzada a un mundo frío y hostil, donde fue tentada por demonios y pecado. La vida que había creado llenó por un tiempo su vida de luz, pero se extinguió poco después debido a su naturaleza mortal, que no había recibido un soplo divino. Trató en vano de revivirla, pero la fuerza que antes poseía ya no estaba con ella. Así pues, vagó sola por el mundo, sufriendo.

Su sufrimiento fue tan insoportable que pensó en volver al cielo. La luz del Sol sería su testigo, y un barranco cercano le permitiría alzar el vuelo. Su inmolación fue frustrada por un montón de hojas sobre las que aterrizó. Su vida no ha sido sencilla. Trata de alimentarse como puede, sufriendo por un ala rota. La otra está completa, pero tan falta de uso que ya no recuerda como moverla.



Así vaga por la vida, llorando en el hombro de algún amigo, comiendo de donde puede obtener aquello que necesita. La conocí un octubre, y la melancolía la mataba. Pensaba en volver al barranco. La alimenté, le di un hombro donde llorar, y se alejó entonces. Trataba de encontrar el poder para volver al Edén. Quisiera decir que volverá, más no tengo la seguridad, sino una leve esperanza.



Solo me quedó de ella una pluma, pequeña, pero del blanco más puro. Mi único consuelo es ver ese pequeño recuerdo suyo. Tal vez vaya a buscarla al barranco, pero mientas tanto solo puedo ver pasar en tiempo a través de mi ventana. Y esperar...

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